Como dice Gus de Desmontando a Babylon: «Hay que acudir a la biblia, al informe Iron Mountain, para verlo todo con claridad«.
En las sociedades democráticas modernas más avanzadas, el sistema de guerra ha brindado a los líderes políticos otra función político-económico de creciente importancia: ha servido como el último gran bastión contra la eliminación de las necesarias clases sociales. A medida que la productividad económica aumenta hasta lograr niveles más y más por encima de la subsistencia mínima, se torna crecientemente difícil para una sociedad mantener patrones de distribución que aseguren la existencia de «cortadores de leña y acarreadores de agua».
El continuado desarrollo de la automatización diferenciará aún más agudamente la distinción entre los trabajadores «superiores» y lo que Ricardo denominó los «incultos»(menial workers),
mientras que simultáneamente se agrava el problema de mantener una fuente de abastecimiento de mano de obra sin capacitar…
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